Por Federeico Colonnese.
Miembro de la Comisión Académica de Derecho Comercial y de la Empresa.
Colegio de Abogados y Procuradores de la Primera Circunscripción Judicial – Mendoza.
Mendoza puede convertirse en un polo de atracción de emprendedores y empresas emergentes en tecnología, no sólo por el potente capital humano emprendedor, sino también por su amigable aceptación al surgimiento de nuevas empresas.
La ley de Apoyo al Capital Emprendedor 27.349 (LACE) establece un marco normativo que se ocupa principalmente del régimen del emprendedurismo y de estimular su desarrollo, estableciendo un nuevo tipo societario por fuera de los incluidos en la Ley General de Sociedades (en adelante LGS), la Sociedad por Acciones Simplificada (en adelante SAS).
Era necesario contar con un vehículo jurídico que se adaptara a los nuevos negocios. La incorporación de la SAS a nuestro ordenamiento jurídico se inscribe en la tendencia a la revalorización de la autonomía de la voluntad para la configuración de los negocios y de sus actores. Constituye un importante paso en favor de la superación de barreras muchas veces anacrónicas, que por su artificialidad han perdido sentido práctico, si es que alguna vez lo tuvieron.